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En un mundo que exige cada vez más sostenibilidad y responsabilidad social, tales características se han convertido en activos clave para una mejor y mayor rentabilidad empresarial.
Mientras algunos todavía intentan descifrar el retorno de la inversión (ROI) de iniciativas e inversiones sostenibles, otros se han dado cuenta rápidamente del fuerte vínculo que existe entre sostenibilidad y rentabilidad.
Esta correlación es cada vez más obvia a medida que el mundo exige entidades más sostenibles, ya sean empresas, organizaciones, gobiernos o individuos que buscan interacciones más responsables con lo que les rodea.
De la filantropía al propósito
No hace mucho tiempo, la forma en que las empresas veían beneficiadas sus finanzas y su reputación era donando parte de sus ingresos a causas sociales o medioambientales.
Estos esfuerzos filantrópicos ya no son una contribución sustancial a un mundo más sostenible o una sociedad más equitativa; de hecho, en muchos casos existe el riesgo de ser etiquetados como greenwashing.
Hoy en día, la filantropía, aunque muy apreciada, no debería ser más que una contribución adicional al propósito real de la organización. Un propósito que pone al planeta y a las personas en primer lugar y aspira a la mejora continua.
La sostenibilidad como preocupación empresarial
Hoy en día, la sostenibilidad, y más específicamente, un propósito sostenible, es imprescindible por muchas razones; desde la atracción y retención de talento, hasta el cumplimiento y la reputación, el cuidado de la sociedad y del planeta es sin lugar a dudas una preocupación empresarial.
A diferencia de la naturaleza opcional de las iniciativas filantrópicas, lo mínimo que se espera de las empresas es cumplir con estándares básicos de sostenibilidad y poner aspectos como el ESG o los ODS en el centro de las estrategias comerciales.
Y así, a medida que la sostenibilidad se convierte en una preocupación empresarial, también se convierte en un medio de rentabilidad. Pero ¿cómo?
Transformar el propósito de sostenibilidad en rentabilidad
Muchas empresas ya han pasado por esta transformación, es decir, una que toma esos esfuerzos filantrópicos del pasado y los transfiere al propósito de la empresa.
Sin embargo, la rentabilidad sostenible real no será tan fácil, y declarar un propósito sostenible es sólo el paso inicial. Esta transformación debe ocurrir en todos los niveles y actividades de la empresa.
De hecho, este es uno de los problemas más comunes de las organizaciones. Si bien aumentan sus esfuerzos por lograr un mejor impacto social y ambiental, el propósito sostenible no está integrado en las operaciones comerciales diarias y, por lo tanto, está condenado al fracaso.
Cuando dicho propósito y sostenibilidad estén profundamente arraigados en las actividades comerciales cotidianas, la sostenibilidad será tan rentable como cualquier otra actividad.
El problema de la falta de retorno de la inversión tiende a residir en el hecho de que la mayoría de las empresas no se toman el tiempo para permitir que se produzca una transformación sostenible dentro de la organización, en todos los empleados, grupos de interés y accionistas.
Incorporar la sostenibilidad en toda la organización
Creemos que los empleados están lejos de ser indiferentes a la participación en esfuerzos sostenibles y, de hecho, buscan la oportunidad de participar activamente y encontrar el propósito de tener un impacto positivo a través de sus trabajos.
Es por eso que a través de nuestra tecnología trabajamos para activar y medir el impacto de los empleados, creando un compromiso que se traduce en mejores métricas ESG, valor reputacional y un impacto positivo para el medio ambiente y la sociedad.
Porque el lugar de trabajo puede convertirse en el entorno perfecto para encontrar ese afán colectivo de marcar la diferencia, tanto por la sostenibilidad y el propósito de la empresa como por una forma de ser más sostenible para todos.