Se ha demostrado durante mucho tiempo que el cambio climático representa una carga emocional para las personas, especialmente para las generaciones más jóvenes; y aunque sus consecuencias son preocupantes, todavía hay esperanza de revertir esta carga y luchar por nuestro planeta.
Comúnmente conocida como ansiedad climática, la carga emocional que el cambio climático supone para las personas ha sido un elemento de preocupación social durante bastante tiempo. Y aunque todavía no existe un diagnóstico generalmente aceptado, ha quedado bastante claro que el problema es real.
Esto es especialmente cierto para las generaciones más jóvenes. Entre los millennials y la generación Z parece haber un sentimiento compartido de angustia con respecto a lo que el futuro del planeta podría significar para sus vidas y las de las generaciones futuras.
¿Por qué sienten las personas ansiedad climática?
La respuesta simple aquí sería sugerir que las personas sienten ansiedad climática únicamente sobre la base de las consecuencias y los peligros de nuestro clima cambiante. Pero esta respuesta se queda un poco corta y no es del todo fiel a la realidad de muchos jóvenes.
Como explica Britt Wray, investigadora sobre el impacto del cambio climático en la salud mental, en una entrevista reciente, las generaciones más jóvenes han crecido rodeadas de noticias de catástrofes y falta de tiempo o capacidad para el cambio.
Además, han entrado en su vida adulta marcados por la falta de acción política en la materia, y acostumbrados a promesas vacías que toman la evidencia física y la convierten en objetivos políticos incumplidos.
Para los jóvenes en desarrollo y para los adultos jóvenes que tratan de encontrar su identidad y su lugar en el mundo, tales circunstancias crean un sentimiento de angustia y muy poca esperanza para lo que está por venir.
Encontrar esperanza ante la adversidad
Sin embargo, como explica Wray, no toda la esperanza está perdida y, de hecho, se pueden decir algunas cosas buenas sobre esta sensación de ira y ansiedad que sienten los jóvenes del mundo.
En primer lugar, debemos entender que este sentimiento o carga emocional es producto de un gran sentido de preocupación por nuestro planeta, los seres humanos, la vida silvestre y el futuro de todos. Es una especie de ansiedad e ira que tiene sus raíces en un sentido de profunda injusticia.
Es precisamente en este contexto que la esperanza y la acción climática pueden prosperar, incluso frente a la adversidad. La ira se convierte en un elemento muy motivador cuando se arraiga en un sentimiento de injusticia y un compromiso de cuidar a los demás.
Muestra una conciencia y una fuerza moral que se mantiene intacta en medio de una crisis como la planetaria. De hecho, es un testimonio de la conexión que nosotros, como seres humanos, podemos tener con cosas más allá de nosotros mismos.
Convirtiendo la esperanza en acción
Si bien los investigadores sobre el tema están de acuerdo en que es importante expresar estos sentimientos y hablar sobre ellos, también es importante mantener alineados los sentimientos positivos. Es decir, debemos centrarnos en las soluciones y en la capacidad que tenemos para cambiar realmente las cosas.
Pero esa capacidad no es solo externa, es decir, no podemos centrar nuestra atención únicamente en salir a protestar o en lograr cambios en las políticas a nivel nacional e internacional. También hay cambios internos que deben ocurrir para tener éxito en cambiar la ansiedad climática para siempre.
Los cambios internos significan buscar construir resiliencia socioemocional para enfrentar una crisis tan grande como el cambio climático y las consecuencias que ello implica.
Como para la mayoría de las cosas en la vida, si solo nos enfocamos en las acciones externas, podríamos estar perdiendo el objetivo final. Necesitamos centrarnos en las emociones, reconociéndolas como una parte necesaria para resolver, o al menos abordar, la crisis climática y social.
Además, debemos descartar el argumento que sugiere que la acción individual en realidad no cambiará nada. Creemos que esto es descaradamente falso y peligroso para la acción climática.
Las personas pueden prosperar en un contexto como este. Se trata de ayudar a los demás y ser parte de algo mucho más grande que nosotros mismos, lo que compensa un gran sentido de realización personal y abre un mundo de esperanza, posibilidades y una sociedad cada vez más solidaria.
Acción colectiva en el lugar de trabajo
Creemos que trabajar de forma colectiva puede ayudarnos a encontrar aquello que por sí solo puede parecer inalcanzable, haciendo que el lugar de trabajo sea el entorno perfecto para encontrar ese afán colectivo de marcar la diferencia, tanto por la sostenibilidad y propósito de la empresa como por una forma de ser más sostenible para todos los empleados.
En DoGood estamos convencidos de la necesidad de entender y gestionar los esfuerzos por conseguir una transición sostenible dentro de las organizaciones para el correcto y eficiente funcionamiento de las mismas.
A través de nuestra tecnología ayudamos a las empresas a establecer objetivos de impacto ESG para los empleados en relación con la estrategia de sostenibilidad de la empresa. Activamos y trazamos el impacto de los empleados, creando un compromiso que se traduce en mejores métricas ESG, valor reputacional y un impacto positivo general para el medio ambiente y la sociedad.
