La descarbonización de la economía no es tan catastrófica como algunos creen; pero sin duda, no es un camino sencillo. Es precisamente esta dualidad la que exploraremos más adelante.
No podemos darle la espalda a la necesidad de descarbonziar nuestra economía. De hecho, hace tiempo que esto es una realidad. Pero con los efectos cada vez más prevalentes del cambio climático, y la demanda de las personas impulsando al mercado a cambiar, las empresas no tienen otra opción que mirar a la sostenibilidad cara a cara y ser participes del cambio.
Sin embargo, alinear a todas las empresas, grandes y pequeñas, alrededor del mundo, no será fácil. La mayor parte del tiempo las empresas no saben ni por donde empezar con su estrategia de sostenibilidad y descarbonización. Entender qué implica la descarbonización (y qué no implica) es el primer paso.
¿Qué es la descarbonización de la economía?
La descarbonización, tal y como la palabra indica, es el proceso mediante el cual las emisiones de CO2 que nuestra actividad humana produce sean reducidas. El objetivo más ambicioso hoy en día es acabar con las emisiones de CO2 por completo.
El primera paso hacia la descarbonización sería la transformación de nuestra manera de producir, y más tarde consumir, hacía un modelo de energías renovables, o al menos fuentes de energía de bajas emisiones.
Necesitamos descarbonizar nuestra economía, esto es, la manera en la que producimos y consumimos bienes y servicios, ya que es la única manera de evitar el desastre climático. Si las temperaturas continuan subiendo, la desestabilización del clima podría comenzar a tener consecuencias cada vez más fuertes y peligrosos. Es por ello que este es uno de los procesos más importantes a la hora de alcanzar los objetivos climáticos internacionales.
El hecho de que se trate de una transición justa y necesaria no implica que vaya a ser una transición sencilla ni barata.
La descarbonziación de las empresas
Cada empresa, cada industria y cada contexto requiere de unas soluciones específicas para la descarbonización de sus procesos de producción. Así que hoy no vamos a dar consejos sobre cómo empezar tal proceso; en cambio, nos gustaría centrarnos en lo que la descarbonización del mundo corporativo implica hoy en día:
No será barato
Una de las suposiciones más comunes que suelen darse, es que la transfromación de nuestra economía hacia fuentes de energía de bajas emisiones o renovables no solo será fácil, sino además barato. Desafortunadamente, esta no es la realidad en términos generales. El hecho de que se trate de una transición justa y necesaria no implica que vaya a ser una transición sencilla ni barata.
Todo nuestro sistema y progreso económico está basado en las emisiones de carbono y otros gases de efecto invernadero similarmente dañinos. En consecuencia, la transformación de una empresa hacia la sostenibilidad, en términos de descarbonización, requerirá un cambio en su infraestructura. Esto es, estamos delante de una transición compleja que requiere de abuntantes recursos económinos y humanos.
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No es la solución a todo
Desafortunadamente, el daño que hemos inflingido en nuestro planera tierra va mucho más allá de lo que podemos llegar a solucionar deshaciendonos de las excesivas emisiones de carbono de nuestra economía. El mismo sistema económico que produce estas emisiones de CO2, como ya hemos mencionado, es también responsable de otros factores clave dentro de la crisis slimática, como la explotación ambiental, la destrucción de hábitats, la contaminación, etc.
Aunque la descarbonización seguramente ofrezca gran reposo a la atmósfera, la relación de la economía (y por tanto de las empresas) con la naturaleza necesita cambiar para poder porveer a nuestro entorno con tiempo y espacio para regenerarse y respirar otra vez.
No todo son malas noticias
No queremos acabar esto con malas noticias, y es que en realidad, no creemos que todo este perdido en lo que respecta a la lucha de las empresas contra el cambio climático. De hecho, creemos que las empresas tienen uno de los recursos más poderosos para conseguir un futuro más sostenible: las personas.
¿Qué son las empresas sino un grupo de individuos que colaboran por un objetivo en común? ¿No es esto lo que necesitamos para luchar contra el desastre dlimático? Cooperación entre personas para conseguir un objetivo común: la sostenibilidad.
La cantidad de tiempo que dedicamos al trabajo durante nuestra vida, el poder de unir a tantas personas juntas, con todo tipo de orígenes y contextos, es lo que hace de los lugares de trabajo un sitio perfecto para tomar accióncontra la amenaza del cambio climático.
En DoGood hemos desarrollado una herramienta de gobierno corporativo que ayuda a establecer objetivos de impacto ESG. para los empleados en términos de la estrategia de sostenibilidad de la empresa. Mediante nuestra tecnología somos capaces de activar y trazar el impacto de los empleados, fomentando la involucración que después se traslada a métricas ESG mejoradas, valor reputacional y un impacto positivo para el medio ambiente y la sociedad.
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