En un esfuerzo por escapar de las acusaciones de greenwashing o de las inversiones económicas a corto plazo, muchos optan por la inacción climática, ajenos a sus consecuencias.
Hay un coste económico que naturalmente viene con la adopción de acciones e iniciativas sostenibles; ya sea la descarbonización o la capacitación en sostenibilidad para los empleados, en el corto plazo de procurar convertirse en una organización sostenible pueden darse más o menos gastos.
Sin embargo, el largo plazo demostrará sin lugar a dudas la rentabilidad de este tipo de inversiones sostenibles.
Además, descuidar o optar por ignorar la acción climática resultará inevitablemente en obstáculos peligrosos y costosos que podrían amenazar la supervivencia misma de la organización.
Una comprensión holística del coste de la inacción climática
Cuando se enfrentan a los costes de tomar medidas climáticas e implementar políticas sostenibles, las empresas pueden tener una tendencia peligrosa a creer que es demasiado costoso para que valga la pena la inversión, o simplemente innecesario.
Sin embargo, el coste de la inacción climática es demasiado alto para siquiera correr el riesgo, porque este no es únicamente un gasto económico y medible, sino más bien un coste social y una pérdida de reputación demasiado difíciles (y caros) de enmendar.
De hecho, cuando las empresas, los reguladores y los responsables políticos piensan y hablan sobre el coste de la descarbonización, por ejemplo, hay una tendencia a reducir este último en términos monetarios; sin embargo, rara vez se tienen en cuenta los efectos negativos que las emisiones de carbono no controladas tienen en la sociedad y la economía.
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Sin embargo, es difícil ponerle precio a todo lo que se verá afectado por el cambio climático. Desde la biodiversidad hasta las vidas humanas o el patrimonio cultural, no existe ningún precio que pueda asignarse a elementos tan básicos de nuestro mundo.
Una cosa está clara: mirar únicamente el coste económico de las acciones de mitigación del cambio climático es una manera muy pobre de entender de qué se trata la sostenibilidad.
Esta manera tan limitante de entender la acción climática no considera éxitos pasados y beneficios de las políticas climáticas y las acciones de mitigación. Podemos coger, por ejemplo, el movimiento mundial para la protección de la capa de ozono como un excelente ejemplo de cuán insignificantes son los costes económicos en comparación con nuestra propia supervivencia como especie.
La conclusión es que no podemos omitir los costes económicos del cambio climático, ya que estaríamos olvidándonos del coste de la inacción climática, del mismo modo que no podemos olvidarnos de los beneficios, económicos y de otro tipo, de tomar medidas climáticas a tiempo.
Dedicar nuestra mente, nuestro trabajo y nuestro dinero a proteger el planeta tiene grandes beneficios, entre ellos la mejora del nivel de vida de las personas, la reducción de la escasez de recursos en todo el mundo y el fin de las condiciones de vida inseguras y la inestabilidad económica causadas por las condiciones climáticas adversas o la contaminación. Por ejemplo.
¿Cómo pueden las empresas ampliar su influencia para abordar el cambio climático?
Tomar acción climática y comprender las consecuencias de no hacerlo es un deber democrático, es decir, que abarca a todas las personas, especialmente a aquellas con mayor impacto en el planeta. Pero, ¿cómo pueden las empresas trasladar este deber más allá de la mesa de dirección y ampliar su influencia para abordar el cambio climático?
Creemos que los empleados están lejos de ser indiferentes a la participación en esfuerzos sostenibles y, de hecho, buscan la oportunidad de participar activamente y encontrar el propósito de tener un impacto positivo a través de sus trabajos.
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En DoGood creemos que el trabajo colectivo puede ayudarnos a encontrar aquello que por sí solo puede parecer inalcanzable o inútil. Por eso creemos que el lugar de trabajo es el entorno perfecto para encontrar ese afán colectivo de marcar la diferencia, tanto por la sostenibilidad y propósito de la empresa como por una forma de ser más sostenible para todos.
Mediante nuestra tecnología somos capaces de activar y trazar el impacto de los empleados ayudando a crear mayor involucración, mejores métricas ESG, valor reputacional y un impacto positivo para el planeta y la sociedad.
