Si bien la acción colectiva es probablemente la forma más eficiente de lograr cambios en el ámbito de la sostenibilidad y los objetivos climáticos, no podemos ignorar el poder y la necesidad de la acción individual.
Definitivamente es más común, y hasta cierto punto, más obvio, leer sobre la necesidad de una acción colectiva en sostenibilidad. De hecho, no somos ajenos a esta idea.
Pero también está en nuestra naturaleza y valores impulsar la acción individual y comprender su importancia, así como sus limitaciones. Creemos que las personas tienen un gran poder para alcanzar los objetivos de sostenibilidad y tienen la capacidad de crear un impacto social positivo a través de sus contribuciones únicas.
El papel de las personas en la sostenibilidad
La conciencia sobre la sostenibilidad va en aumento, y muchas personas quieren contribuir a los objetivos climáticos y sociales a través de sus propias acciones individuales. Y aunque las formas en que las personas pueden contribuir a nivel individual son bastante limitadas, son bastante poderosas.
Podríamos afirmar que las personas tienen una gran influencia y responsabilidad en la promoción o aceleración de la sostenibilidad en tres ámbitos distintos: a través de sus hábitos de consumo, sus elecciones de estilo de vida y a través del compromiso cívico.
Estos tres roles son clave para avanzar en los objetivos ambientales, sociales y económicos que encontramos en el viaje hacia la sostenibilidad y la conciencia de sostenibilidad.
Estilo de vida y hábitos de consumo sostenibles
Los hábitos de consumo se refieren a la motivación detrás de los bienes, servicios o ideas que una persona selecciona, compra o elige ignorar para satisfacer sus necesidades y demandas.
Pero para poder tomar decisiones sostenibles, esta idea debe integrarse como un valor y criterio clave. De hecho, tomar decisiones de consumo más ecológicas debe superar la conveniencia de elegir la ruta opuesta.
En definitiva, desarrollar hábitos de consumo sostenibles lleva tiempo, aprendizaje y comprensión, es un compromiso a largo plazo que nace desde dentro. Pero una vez que se integran en la mentalidad de un individuo y se convierten en hábitos, se pueden ejercitar de manera rutinaria.
Muy relacionado y derivado de los hábitos de consumo, encontramos opciones de estilo de vida sostenibles como aquellas actividades o compromisos en los que las personas eligen participar para una forma más responsable de vivir sus vidas.
Por ejemplo, usar el transporte público o ecológico, o elegir dietas alimentarias más saludables y con menos impacto ambiental.
Compromiso cívico
El compromiso cívico se refiere a las acciones que toman las personas para ser parte de la solución de un problema complejo que va más allá de sus propias vidas o circunstancias personales.
Las personas se involucran en algún tipo de proyecto de sostenibilidad con metas u objetivos alcanzables y medibles. Esto podría significar cualquier cosa, desde organizaciones locales hasta nacionales, gobiernos u otro tipo de reuniones.
Pero cualquiera que sea la causa o los medios, el compromiso cívico se trata de aumentar la conciencia pública y la participación en cuestiones de sostenibilidad, sociales o políticas, al tiempo que fomenta el discurso público.
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El poder de la acción individual.
Entendemos cómo el primer pensamiento que viene a la mente cuando se piensa en el ‘poder’ de la acción individual es acerca de la irrelevancia o el poco impacto que una persona puede tener en la sociedad, o en la sostenibilidad para el caso.
Sin embargo, es la acumulación de todas esas acciones individuales las que con el tiempo pueden tener un gran impacto y ayudar a desencadenar movimientos sociales o políticos para la protección de nuestro planeta y el surgimiento de la sustentabilidad en el discurso público. No podemos lograr la sostenibilidad sin la participación activa de prácticamente todos los individuos de la sociedad.
Y aunque las grandes empresas o corporaciones y los gobiernos tienen una gran responsabilidad en la adopción de medidas sostenibles y el desarrollo de las políticas o leyes adecuadas, las personas aún tienen una gran influencia y, por lo tanto, tienen un impacto en cómo podría ser el futuro de la sostenibilidad.
La influencia podría ser, de hecho, uno de los aspectos más importantes de este llamado ‘poder’ de la acción individual. Por pequeño que sea el impacto de una persona, esa acción puede influir en muchas otras personas y generar muchas otras contribuciones, y así sucesivamente.
Entendiendo nuestras limitaciones
En el lado opuesto de las cosas, la acción individual tiene sus limitaciones, y debemos ser conscientes de ellas para navegarlas lo mejor que podamos y evitar las que son evitables.
Queríamos hablar sobre dos tipos distintos de limitaciones que las personas encuentran al abordar la sostenibilidad, una que se refiere a la complejidad de la sostenibilidad y la otra que se refiere a las barreras personales.
Por un lado, los problemas o preguntas de sostenibilidad son muy complejos y, a menudo, interconectan muchos temas a la vez. Pero, ¿qué significa esto para la acción individual?
Principalmente que puede ser difícil abordar un problema dado de la manera correcta. Debido a la interconexión de los factores que rodean un problema específico, abordar uno de estos últimos podría significar un daño para otro, y así sucesivamente.
En este sentido, es importante encontrar un enfoque que tome en consideración los múltiples sistemas y elementos que conforman un tema de sustentabilidad dado. Esto podría significar cualquier cosa, desde la conciencia hasta la educación y tener los medios adecuados para hacerlo.
Por último, no podemos obviar las barreras personales en el intento de vivir un estilo de vida más sostenible. Desde agendas apretadas hasta recursos económicos y sociales, hay muchos obstáculos en el camino que nos impiden tomar las medidas adecuadas. Sin embargo, es importante recordar que siempre hay una manera de hacer un cambio, en nuestra propia capacidad, y que con el tiempo traerá cosas mayores.
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