El largoplacismo se refiere a la idea de que proteger el sustento sostenible de las generaciones futuras es tan crucial como proteger nuestras propias necesidades presentes.
El futuro es incierto por decir lo menos, y aunque estamos lidiando con una gran variedad de problemas en nuestro presente, no podemos olvidar cómo lo que elegimos hacer hoy impactará a quienes vengan después de nosotros.
Aquí es donde entra el término largoplacismo; se refiere a la idea de que proteger el sustento sostenible de las generaciones futuras es tan importante como luchar por nuestro propio sustento hoy. Si las generaciones pasadas se aseguraron de que tuviéramos suficiente, o incluso más de lo que se les ofreció, debemos esforzarnos por hacer lo mismo hacia el futuro.
Entendiendo el largoplacismo
Este no es un concepto nuevo y, de hecho, se explica por sí mismo, ya que se refiere a la preocupación por el futuro a largo plazo. ¿Por qué deberíamos dejar de preocuparnos por los posibles resultados futuros solo porque están demasiado avanzados en el tiempo si las consecuencias son igualmente malas (o buenas)?
Pero, lejos de ser tan simplista, el largoplacismo es una perspectiva multidimensional que reconoce la importancia de salvaguardar y mejorar las perspectivas a largo plazo de la sociedad. Desde la investigación hasta las políticas y los negocios, esta perspectiva y sus implicaciones están comenzando a afianzarse en muchas áreas de la sociedad.
Básicamente, nuestras acciones podrían impactar e influir en el futuro de nuestros hijos, nietos y muchos otros en el futuro. Las posibilidades de la humanidad podrían ser asombrosas dependiendo de lo que elijamos hacer hoy.
De hecho, hay razones para creer que estamos viviendo en un momento en el que nuestras acciones son particularmente relevantes para lo que está por venir. Estamos experimentando un crecimiento y cambio muy rápido, y un progreso y desarrollo tecnológico único. Estas, entre otras razones, nos llevan a la conclusión de que nuestras elecciones de hoy podrían ser tan grandes como catastróficas para las generaciones futuras.
Pero, ¿por qué debemos esforzarnos por proteger a las generaciones futuras?
¿Por qué las generaciones futuras deberían ser una prioridad?
Creemos que, de hecho, hay razones suficientemente buenas para cuidar de las generaciones futuras, incluso de aquellas que van más allá de las que podríamos llegar a conocer como nuestros propios hijos o nietos: hay razones morales, hay un enorme potencial y es necesario garantizar el sustento del futuro.
Las generaciones futuras importan
Existe una responsabilidad moral de cuidar y proteger a las personas del futuro. Es un argumento moral basado en la idea de que el tiempo, al igual que el espacio, no debe ser un obstáculo para el cuidado. Es decir, al igual que no nos importa menos el sustento de aquellos que viven más lejos en el espacio que nosotros, ¿por qué debería cambiar eso cuando se trata de tiempo?
En pocas palabras, es la idea de que no sería justo pensar que nuestras vidas presentes importaron menos para aquellos que nos precedieron, y por lo tanto nuestras vidas no deberían importar más (ni menos) que las que están por venir.
Salvaguardar el potencial de la humanidad
Salvaguardar el futuro de las personas que vienen después de nosotros equivale a proteger el potencial que estas personas pueden tener, incluido su impacto en el progreso, el desarrollo y los medios de subsistencia de la humanidad.
Cuanto más amplio y grandioso pueda parecer el futuro, más razones tenemos para protegerlo y salvaguardarlo. Sin embargo, la supervivencia de este potencial depende directamente de la supervivencia de nuestro planeta.
De hecho, esta podría ser la perspectiva perfecta para resolver uno de los problemas más acuciantes de la actualidad, los efectos del cambio climático. Si queremos luchar por el potencial del futuro, primero debemos asegurarnos de que habrá un futuro lo suficientemente bueno al que aspirar; un futuro en el que los recursos y la vida misma puedan florecer y ser sostenibles. Lo que nos lleva a nuestro siguiente punto.
Nuestras acciones de hoy determinarán el largo plazo.
Muchas veces es difícil creer que nuestras acciones de hoy puedan alterar algo de lo que está por venir. Las acciones individuales parecen pequeñas y las acciones institucionales tienden a tomar mucho tiempo para desarrollarse, como hemos visto recientemente. Pero hay muchos argumentos que sugieren que nuestro presente puede ser una gran fuerza para hacer el bien si llevamos a cabo los cambios necesarios y tomamos las medidas necesarias.
La forma en que manejemos el cambio climático hoy será un gran punto de inflexión para las generaciones futuras. Y la buena noticia es que en realidad tenemos control sobre cuánto daño estamos dispuestos a hacer pasar a nuestro planeta y a la sociedad.
En nuestras acciones, por ejemplo, desarrollando tecnologías verdes, reduciendo las emisiones y residuos de carbono, gestionando los recursos de forma responsable, etc., o en la influencia positiva de nuestros valores, tanto a nivel individual enseñando o colaborando con quienes nos rodean, como a nivel institucional, por ejemplo, a través de la promoción de políticas públicas.
¿Cómo puede estar presente el largoplacismo en el lugar de trabajo?
En DoGood defendemos la importancia de hacer cambios pequeños pero significativos en nuestra vida cotidiana para encontrar un propósito y una relación más saludable con lo que nos rodea.
También creemos que el trabajo colectivo puede ayudarnos a encontrar aquello que por sí solo puede parecer inalcanzable o inútil. Por eso pensamos que el lugar de trabajo es el entorno perfecto para encontrar ese afán colectivo de marcar la diferencia, tanto por la sostenibilidad y propósito de la empresa como por una forma de ser más sostenible para todos los empleados.
A través de nuestra tecnología ayudamos a las empresas a establecer objetivos de impacto ESG para los empleados en relación con la estrategia de sostenibilidad de la empresa.
Podemos activar y trazar el impacto de los empleados, creando un compromiso que se traduce en mejores métricas ESG, valor de reputación y un impacto positivo general para el medio ambiente y la sociedad.
