El número de personas que sienten angustia de alguna u otra manera sobre el estado de nuestro planeta crece de forma exponencial, en especila entre las generaciones más jóvenes.
Los efectos del cambio climático son cada vez más difíciles de ignorar, desde el rápido derretimiento de los casquetes polares hasta el aumento de los incendios forestales, sequías u olas de calor extremas, estos son solo algunos ejemplos de lo que se está convirtiendo en nuestra nueva realidad.
Y así, naturalmente, el número de personas que sienten algún grado de angustia por el estado de nuestro planeta también está creciendo exponencialmente, especialmente entre las generaciones más jóvenes.
Parece que en estos días es peligrosamente común echar un vistazo a las noticias del día y enterarse de algún tipo de desastre natural o adversidad que es tan claramente un grito de auxilio de nuestro planeta por la presión a la que lo hemos sometido.
La destrucción emocional del cambio climático
Las consecuencias físicas que el cambio climático está teniendo en nuestra sociedad es difícil de escapar, ya que cada vez parece difuminarse más la linea que parecia alejarnos tanto del momento de colapso ambiental.
De hecho, se ha convertido en un factor principal de desigualdades en las últimas décadas, creando toda una nueva linea de cuestiones sociales,e conómicas y éticas.
Pero hay algo que todos tnemos en común, y como la mayoría de cosas hoy en día, no ha podido escapar a las consecuencias del cambio climático: las emociones. Incluso si tu vida material sigue intacta, los sentimientos son más difíciles de ignorar.
Lo más probable es que la mayoría de las personas hayan sentido algún nivel de ansiedad relacionada con el clima en su vida.
Según unos estudios psicológicos recientes, estos sentimientos estan lejos de ser extraños. En una situación de pérdida (pérdida ambiental), la angustia y el miedo por el futuro son respuestas naturales. Es esto lo que ha llegado a conocerse como »ansiedad climática» o »eco-ansiedad».
Sin embargo, y aunque no existe una condición diagnosticable, el ámbito de los sentimientos englobado en el espectro de la llamada “ansiedad climática” no es sólo un conjunto catastrófico y existencial de sentimientos. Lo más probable es que la mayoría de las personas hayan sentido algún nivel de ansiedad relacionada con el clima en su vida.
El miedo sobre el futuro del planeta y la civilización es uno de los sentimientos más duros al final del espectro, existencialmente hablando; pero en el otro extremo, la ira o enfado por lo que se pierde o se perderá, o sentimientos de culpa o vergüenza al embarcarse en un consumo que no necesariamente es el más sostenible, son otras formas más comunes en las que la ansiedad climática puede desarrollarse en nuestro día a día.
No estas solo.
El primer paso para hacer frente a un sentimiento de dolor, pérdida, miedo o duelo es aceptar que está ahí y que es una respuesta normal a una amenaza existencial tan crucial para nuestra especie y para los demás.
Los expertos sugieren que encontrar el tiempo y el espacio en el que sentirse de esta manera es importante para el proceso de curación. Al fin y al cabo, estos sentimientos, cualesquiera que sean, al final cambiaran o desapareceran.
Y aunque el término «ansiedad climática» en sí mismo no transmite mucha esperanza o tranquilidad, creemos que es una señal clara de que mucha gente se preocupa profundamente por el medio ambiente y, de hecho, está comprometida con su protección y el futuro de la humanidad y la naturaleza.
Guía del cambio climático y la acción climática
El cambio climático, la acción por el clima y el papel de las empresas en el ODS13
Encontrar otras personas de ideas afines y compartir sus pensamientos e inquietudes no solo es una forma saludable de abordar la ansiedad, ya que puede quitarse el «peso» del mundo de sus hombros; es de hecho la chispa que puede transformar el dolor en acción , como una forma de combatir el sentimiento de impotencia que muchos tienen con respecto a los problemas climáticos.
Luchar contra el cambio climático en el trabajo
La cantidad de tiempo que pasamos trabajando a lo largo de nuestra vida y el poder de reunir a tantas personas con todo tipo de antecedentes es lo que hace que el lugar de trabajo sea el lugar perfecto para tomar medidas contra la amenaza del cambio climático.
Creemos que trabajar colectivamente puede ayudarnos a encontrar aquello que por sí solo puede parecer inalcanzable o inútil. Por eso creemos que el lugar de trabajo es el entorno perfecto para encontrar ese afán colectivo de marcar la diferencia, tanto por la sostenibilidad y propósito de la empresa como por una forma de ser más sostenible para todos.
La sostenibilidad se ha convertido en una obligación para la mayoría de los trabajadores hoy en día, y seguirá siéndolo a medida que los empleados más jóvenes comiencen a ingresar al mercado laboral. Las personas buscan la oportunidad de participar activamente y encuentran el propósito de tener un impacto positivo a través de sus trabajos.
En DoGood hemos desarrollado una herramienta de gobierno corporativo que ayude a establecer objetivos de impacto ESG para los empleados en lo que respecta a la estrategia de sostenibilidad de la empresa. Mediante nuestra tecnología somos capaces de activar y trazar el impacto de los empleados ayudando a crear mayor involucración, mejores métricas ESG, valor reputacional y un impacto positivo para el planeta y la sociedad.