- A medida que más organizaciones comenzaron a aceptar esta nueva responsabilidad de cumplimiento, su mentalidad no necesariamente cambió: la presentación de informes se convirtió en un ejercicio de «cumplir requisitos» en lugar de un cambio radical en cómo abordar la creación de un negocio rentable.
- Los informes de sostenibilidad no deben entenderse ni verse como el destino final, sino como una herramienta para guiar e informar acciones reales e impactantes.
- Involucrar a las partes interesadas es crucial para crear una responsabilidad compartida en los esfuerzos de sostenibilidad, especialmente cuando se trata de empleados, cuyas tareas diarias pueden vincularse directamente con el progreso y las métricas sostenibles.
Lo que encontrarás en este artículo
La verdad es que los informes de sostenibilidad cambiaron las bases de los negocios de una vez por todas. De hecho, es casi imposible pensar en un mercado que no tenga en cuenta en algún grado las cuestiones ESG. Una de las principales razones de ello es la clara y la dolorosa realidad del cambio climático y, por supuesto, la responsabilidad que tienen las empresas en relación con el estado actual del planeta.
Ante esta situación, los informes de sostenibilidad llegaron a nuestras vidas casi como una garantía de que las empresas rendirían cuentas de sus prácticas dudosas y del impacto que estas tienen sobre las personas y el planeta.
Sin embargo, a medida que más organizaciones comenzaron a aceptar esta nueva responsabilidad de cumplimiento, su mentalidad no necesariamente cambió: la presentación de informes se convirtió en un ejercicio de «marcar casillas» y cumplir requisitos en lugar de un cambio radical en cómo abordar la creación de un negocio rentable.
¿Por qué es relevante la elaboración de informes de sostenibilidad?
Independientemente de cómo las empresas aborden los informes de sostenibilidad, ya sea como un cambio genuino en las operaciones comerciales o simplemente como una cuestión de marcar las casillas necesarias, no podemos negar la relevancia que estos estos informes tienen realmente.
En el panorama empresarial actual, los informes de sostenibilidad se han convertido en un componente clave de la transparencia corporativa. Permiten a las partes interesadas (desde inversores y clientes hasta reguladores y empleados) evaluar el compromiso de una empresa con los factores ambientales, sociales y de gobernanza (ESG). La transparencia que brindan estos informes fomenta la confianza, algo cada vez más importante en una era en la que los consumidores e inversores no solo se preocupan por el desempeño financiero, sino también por las prácticas éticas y sostenibles.
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Además, los informes de sostenibilidad sirven como punto de referencia para que las empresas midan su propio progreso. Al establecer objetivos claros y documentar públicamente los esfuerzos, las organizaciones pueden hacer un seguimiento de sus avances a lo largo del tiempo. Esta rendición de cuentas impulsa la mejora continua, lo que impulsa a las empresas a perfeccionar sus estrategias e integrar la sostenibilidad más profundamente en sus operaciones comerciales principales.
Sin embargo, es esencial reconocer que los informes de sostenibilidad, si bien son importantes, no son el objetivo final. Estos informes no deben considerarse el destino final, sino más bien una herramienta para orientar e informar sobre acciones reales y de impacto. El valor real no reside solo en las cifras y la información, sino en las medidas concretas que toman las empresas para reducir su impacto ambiental, mejorar la equidad social y garantizar una buena gobernanza. En otras palabras, los informes de sostenibilidad eficaces implican algo más que simplemente marcar casillas: se trata de catalizar un cambio significativo.
Las limitaciones de los informes de sostenibilidad
Si bien los informes de sostenibilidad son una herramienta esencial para la transparencia y la rendición de cuentas corporativas, no están exentos de limitaciones. Depender demasiado de los informes puede crear una falsa sensación de logro, en la que el foco se desplaza de las acciones significativas al simple cumplimiento de los estándares de presentación de informes.
Para impulsar verdaderamente un cambio sostenible, es fundamental reconocer y abordar las limitaciones inherentes de estos informes, garantizando que sirvan como catalizador de un impacto real en lugar de simplemente un ejercicio de cumplir requisitos.
Enfatizar demasiado las métricas
Centrarse únicamente en las métricas en los informes de sostenibilidad puede llevar a una mentalidad de »marcar casillas», donde las empresas se preocupan más por cumplir objetivos o estándares específicos en lugar de impulsar cambios significativos.
Este enfoque suele reducir las iniciativas de sostenibilidad a un juego de números, en el que el éxito de las iniciativas se mide en función de si cumplen criterios predefinidos en lugar de por su impacto real en el medio ambiente o la sociedad. Como resultado, las empresas pueden priorizar las acciones que mejoran sus indicadores de los informes, incluso si esas acciones tienen poco o ningún beneficio en el mundo real.
Este enfoque en las métricas también puede obstaculizar la innovación, ya que las empresas pueden evitar aplicar estrategias transformadoras que son más difíciles de cuantificar y optar en cambio por acciones más seguras y más fáciles de informar que no necesariamente abordan las causas fundamentales de los desafíos de sostenibilidad.
El riesgo de caer en greenwashing
En ocasiones, los informes de sostenibilidad se utilizan como herramienta de marketing en lugar de como reflejo de un compromiso genuino, lo que conlleva el riesgo de que se produzca lo que se conoce como greenwashing. Cuando las empresas priorizan las apariencias sobre el contenido, pueden presentar de forma selectiva sus iniciativas ambientales y sociales para parecer más sostenibles de lo que son en realidad.
Esta práctica puede inducir a error a los grupos de interés, haciéndoles creer que una empresa está más comprometida con la sostenibilidad de lo que está, lo que en última instancia erosiona la confianza y socava la credibilidad de los esfuerzos de sostenibilidad en toda la industria.
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Una falta de contexto
Sin un contexto o una narrativa que los respalde, los datos de sostenibilidad pueden ser engañosos, ya que los números por sí solos no siempre reflejan el panorama completo. Las métricas en bruto pueden mostrar avances en ciertos frentes, pero sin las historias de un esfuerzo genuino y los desafíos que se enfrentaron en el camino, los stakeholders se quedan con una comprensión incompleta del verdadero impacto de una empresa.
Proporcionar contexto ayuda a ilustrar no sólo lo que se ha logrado, sino también cómo y por qué es importante, garantizando que los datos reflejen un progreso significativo y no sólo un cumplimiento superficial.
Del reporting a la acción: garantizar la responsabilidad
Los informes de sostenibilidad son solo el primer paso de un camino más amplio hacia un cambio significativo. Para que los informes sean verdaderamente importantes, deben estar respaldados por acciones concretas que estén en línea con los compromisos asumidos en el papel.
Para garantizar la rendición de cuentas es necesario ir más allá de la mera documentación de intenciones y pasar a la implementación y el seguimiento del impacto de las iniciativas de sostenibilidad. Esto requiere transparencia, un compromiso continuo con los grupos de interés y el compromiso de adaptar las estrategias según sea necesario para lograr resultados.
Transparencia en la implementación
Para garantizar que las iniciativas de sostenibilidad comunicadas se materialicen en acciones tangibles, las empresas deben priorizar la transparencia en sus procesos de implementación. Esto se puede lograr estableciendo objetivos claros y medibles e informando periódicamente a las partes interesadas sobre el progreso logrado en la consecución de esos objetivos.
Presentar públicamente tanto los éxitos como los desafíos demuestra un compromiso genuino con la rendición de cuentas y la responsabilidad empresarial. Además, las auditorías o certificaciones de terceros pueden proporcionar una validación imparcial de los esfuerzos de una empresa, reforzando aún más la credibilidad.
Al ser transparentes sobre cómo se llevan a cabo las iniciativas y el impacto que logran, las empresas pueden generar confianza y garantizar que sus informes de sostenibilidad sean más que solo palabras en el papel.
Involucrar a los grupos de interés
Involucrar a los grupos de interés es crucial para crear una responsabilidad compartida en los esfuerzos de sostenibilidad, especialmente cuando se trata de empleados, cuyas tareas diarias pueden vincularse directamente con el progreso y las métricas sostenibles.
Involucrarlos lo más pronto posible en el proceso (junto con inversores, clientes o consumidores) no sólo fomenta un sentido de propiedad sino que también aporta diversas perspectivas que pueden mejorar la eficacia de las estrategias de sostenibilidad.
Al alinear los objetivos de sostenibilidad con los intereses y valores de estos grupos, las empresas pueden motivar una participación y colaboración más amplia, haciendo de la sostenibilidad un esfuerzo colectivo en lugar de simplemente un mandato de arriba hacia abajo.
De ''marcar casillas'' a la sostenibilidad basada en la acción
A medida que avanzamos, es esencial cambiar nuestro enfoque de los informes de sostenibilidad al desempeño y el impacto reales. Si bien los informes son una herramienta crucial para la transparencia, la verdadera medida del éxito radica en los resultados tangibles de las iniciativas de sostenibilidad.
Al adoptar un enfoque orientado a la acción, las empresas pueden fomentar un progreso más profundo y significativo y alinear sus esfuerzos con objetivos de sostenibilidad genuinos. El futuro de la sostenibilidad corporativa depende no solo de lo que se informa, sino de los impactos concretos que se derivan de ello, transformando la sostenibilidad de una lista de verificación a un catalizador para un cambio transformador.
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